El Rapto de Europa

Érase una vez en una joven princesa egipcia llamada Europa. Esta era realmente hermosa y alegre.

Zeus como de costumbre aprovechaba su tiempo en los cielos para observar a las mujeres del reino humano a espaldas de su esposa Hera. Mientras investigaba por todo el mundo dio con Europa mientras jugaba con algunas de sus amigas en la costa. Por ello, Zeus decidió que la bella Europa debía de ser suya.

El dios del trueno se transformó en un bello toro con el pelaje blanco y bajó a la Tierra y cuando las amigas de Europa se marcharon Zeus se acercó a ella con su nuevo aspecto.

Europa se sintió interesada por aquel toro y se acercó a acariciarle. El toro se dejó acariciar y se tumbó en el suelo mientras Europa le acompañaba. Tras un rato Europa cogió confianza y decidió subirse encima del toro. Zeus aprovechó ese momento, se levantó y echó a correr hacia el mar. El toro siguió cabalgando incluso por encima del agua por lo que Europa solo podría agarrarse al toro fuertemente con esperanza de no caerse.

Finalmente, tras el viaje Europa y Zeus llegaron a la isla de Creta, donde el toro dejaría a Europa bajar a tierra y este se volvería a transformar en sí mismo. 

Ya allí los dos y tras es descubrimiento de la verdadera forma del toro, Zeus declararía a Europa como primera reina del lugar y le haría varios regalos: un collar hecho por Hefesto, un autómata gigante de bronce llamado Talos, un perro que nunca soltaba su presa llamado Lélapeé y una jabalina que nunca erraba. Más tarde, junto a Zeus, Europa tendría 3 hijos: Minos, Radamantis y Sarpedón.

Tras la marcha de Zeus, Europa se casaría con el verdadero rey de Creta para ser reina de verdad.

Esta imagen es un cuadro que representa el momento en el que Zeus como toro sale de la costa hacia el mar para llevarse a Europa a cuestas hacia Creta.